lunes, 25 de abril de 2011

SÁBADO SANTO

La tarde del Sábado se viste de tonos violáceos, mientras las nubes se entretienen en la torre. Los pájaros han dejado de cantar y las campanas mudas,permanecen en el campanario.
Es la sombra de la muerte divina, que tiñe en tinieblas la cálida luz vespertina, haciendo temblar a las nubes, que dejan caer alguna lágrima en forma de gota de lluvia.
Es el rojo de la sangre, mi humilde nazareno, quien da color a tu último esfuerzo bajo el capillo, llevando el destello de la blancura de tu alma purificada ,como pilar del léxico, que dio con el paso de los años, nombre a tu querida hermandad.
No cabe más amor en el mundo, que el que abrazan sus brazos extendidos, apegados y fieles a las aristas de la cruz.
¿Por qué te clavamos Señor, en esa cruz tan pesada?
¿Por qué en la tarde del Viernes, mientras tu tez agonizaba
exalando el último suspiro, se conmovió nuestra alma?
El cielo se tiñó gris, en una tiniebla amarga
¿Fuimos arrepentidos de la barbarie nefasta
O seguimos crucificándote con acciones y palabras?
Con desprecio y abandono, laceramos hoy tu espalda
y te coronamos de espinas con una mala mirada
te cargamos una cruz, si cabe, aun más pesada
donde extiendes hoy tus brazos, y acoges nuestras plegarias.
Ay Señor el sábado santo, quiero mirarte a la cara
cuando pasa el costalero, con su pisada quebrada
cuando en un monte de lirios, la muerte se posa helada
cuando el cielo gris sombrío, rasga el velo de su alma
y la luna en su martirio llora lágrimas de plata.



Ay Dios del Sábado Santo
suspiros de caoba y agua
lágrimas de terciopelo
por concepción se derraman
dejando fundidos en el suelo
destellos blancos y grana.

Ay Dios del sábado santo
la tarde apaga su luz
y el jardín de su quebranto
marchito por el dolor
de una muerte que en la cruz
hoy florece por amor.

A lento paso costalero y a redoble del tambor, a lo lejos. la voz del saetero suena entrecortada por la emoción. Privilegio fue que el Señor, pusiera en esa garganta la suave melodía, para cantarle a su muerte santa.
La saeta es la voz sublime que procede del alma y aflora a la garganta. La saeta es un cúmulo de sentimientos, donde sobran las palabras, solo la voz del saetero escapa del corazón, para arrancar lágrimas en aquel que siente su llamada.




¿Quien ha subido hoy al balcón
y a pedido una escalera?
¿Quién quiso ser primavera?
¿quién al madero subió?
¿Quién quiso ser golondrina
y quitarle las espinas
al que muere por amor?

Esa saeta divina
que hiere desde un balcón
dulce canto que adivina
la muerte del redentor

Si, la saeta
esa que es el cantar
a Cristo Crucificado
vilmente maltratado
siempre por desenclavar
esa de la tierra mía
que te corona con flores
esa que en Andalucía
quiere calmar tus dolores
y tornar en alegría
todos esos temores.

Si, la saeta
quiero cantarla y no puedo
pues no me sale la voz
quiero cantarla y no puedo
al Divino Redentor
no a ese Cristo del madero
ni a aquel que anduvo en la mar
si no a ese Dios justiciero
que va muerto por amor
que vive en Guadalcanal
y muere en la Concepción.

Y tras la voz del saetero, un palio de oro y plata asoma por la plazuela. Cuanto dolor, para la madre que aguarda paciente a los pies de la cruz.. Jesús la hace madre de la humanidad. mientras aguarda su cercana muerte. Desde ese día la Virgen , mediadora universal entre Dios y los hombres. nos acoge bajo su manto. Pero, ¡ cuanto dolor sigue habiendo en María la tarde del sábado santo! Que como madre dolorosa la advoca en el seno de su querida hermandad y la llama Dolores.


Dolores
¿por qué te llamaron Dolores
aquella tarde de Viernes
cuando helados cristalinos
resbalando por tus sienes
cayeron como asesinos
acariciando a la muerte?

Fue tu regazo divino
fue tu rostro virginal
cuan abrazo maternal
dulcemente femenino
acoge el cuerpo divino
con lágrimas de cristal.

Dolores
¿por qué te llamaron Dolores?
Fueron tan despiadados
de agregarte más dolor
que el de ver el redentor
en la madera clavado

Dolores
¿por qué hoy te llaman Dolores
en esta tarde de sábado
bajo un palio de oro y grana
cuando tus dedos enlazados
suplicando al cielo claman?
Cuando rebosa de júbilo
el aroma de la flor
y llueve a tu paso su olor
abriéndote su pistilo
en pétalos de ilusión

Dolores, si
así a ti te bautizaron
con el agua cuaresmal
que mana Guadalcanal
y en Concepción te ubicaron
te pusieron rojo manto
te coronaron de flores
te ofrecieron mil amores
en tu hermandad de los blancos
y en tu corte celestial
florecieron de amaranto
el jardín de tus temores
y tu pureza virginal
será en Guadalcanal
el vergel de sus dolores.

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